viernes, 20 de agosto de 2010

Arte Popular y Cultura participativa

Rosario, ciudad amuralada. Un recorrido por la ciudad, por su centro y su periferia nos muestra, que Rosario trata de contarnos su historia a través de los murales, como forma más explicita de arte popular. En ese aspecto, la posibilidad, de incorporar el arte como elemento constitutivo del espacio social y político, nos exhorta a repensar la sociedad, desde un lugar más creativo e innovador, que de respuestas a nuevo y antiguos interrogantes En este sentido, el arte aparece relacionado, a los debates y demandas sociales de cada sociedad en un momento dado.

El movimiento cultural que experimenta México durante las primeras décadas del siglo XX es un claro ejemplo de ello. El muralismo mexicano, referente ineludible del arte de latinoamericano, procuró socializar la expresión artística de México intentando revalorizar la cultura popular >con un fin de carácter educativo y comunicacional.

Antonio Berni, referente local del movimiento cultural de entonces, pone de manifiesto el rol del artista como actor social determinante discursos sociales y políticos de cada época.

La crisis del 2001 y los acontecimientos de la trágica jornada, provocaron en nuestro país, entre otras cosas, la irrupción en el espacio público de numerosas manifestaciones sociales. Rosario en este aspecto,no fue una excepción.

Murales, pintadas, graffitis, que hicieron explícito en el espacio publico, la demanda por el respeto del derechos de los niños,de las mujeres, de los pueblos originarios y del respeto por la diversidad.Expresiones plásticas que ponían en evidencia todo el camino a recorrer para ir gestando una sociedad mas justa.Los murales hablaron entonces, de los derechos aún ausentes de los menos favorecidos. Los chicos de Arte por libertad son un exponente claro de esta conjunción entre estética, creatividad y conciencia social.
Pintar un mural, más allá de su valor estético, reúne a integrantes de distintos barrios en un proyecto común, invitando además a todos los vecinos a participar, reactivando los lazos de solidaridad y evidenciando que otra forma de relacionarnos también era posible.
Los artes plásticas, fueron acompañados en este periodo, de otras expresiones artísticas. Surgieron poemas, canciones, videos, documentales, películas, dazas, entre tantas otras, que interpretaron a la ciudad, y a sus referentes.Un caso a recordar es el del poeta rosarino Cachilo que deambuló por las calles durante muchos años, compartiendo su peculiar poesía en los muros de la ciudad. En su honor y memoria se han realizado una gran cantidad de homejanes recordando al “Poeta de los muros”, como un valuarte de la cultura popular rosarina.
El arte rosarino, y los murales particularmente, aparecieron, y lo siguen haciendo,como un núcleo de síntesis, de la historia compartida, de un presente manifiesto y la propuesta de una sociedad creativa, democrática y equitativa.

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